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¿Qué es exactamente la respuesta inmunitaria específica?
El sistema inmunitario es el sistema de defensa de nuestro cuerpo; una especie de guardián que nos protege frente a las infecciones de agentes invasores potencialmente dañinos conocidos como patógenos (bacterias, virus, hongos y parásitos, entre otros). Todos los organismos pluricelulares necesitan protegerse de estos invasores, pero en el caso de los invertebrados el nivel de respuesta es muy sencillo. Los seres humanos y los vertebrados primitivos, en cambio, evolucionaron desarrollando estrategias de defensa complejas en las que entran en juego dos niveles de protección:
- En primer lugar, se ponen en marcha las respuestas inmunitarias inespecíficas o innatas (como las de los invertebrados) que son relativamente sencillas y que incluyen barreras como, por ejemplo, la piel o las membranas mucosas. Por medio de este primer nivel de defensa se intenta evitar la entrada de sustancias dañinas en el cuerpo.
- Por su parte, la respuestas inmunitarias específicas o adaptativas entran en juego después de la innata: son respuestas específicas para un patógeno concreto (ese que las ha inducido) y se caracterizan por proporcionar una protección duradera.
Índice
Función del sistema inmunitario específico: memoria inmunológica
La respuesta inmunitaria específica o adquirida no la poseemos desde el nacimiento sino que se va adquiriendo poco a poco. El desarrollo del sistema inmunitario específico es, por lo tanto, un proceso de aprendizaje permanente, por medio del cual se establece la “memoria inmunológica”. Gracias a ella cada patógeno será recordado por un antígeno determinado.
Los antígenos son moléculas extrañas al organismo (usualmente proteínas) y el sistema inmunitario reacciona ante ellos produciendo anticuerpos. El sistema inmunitario utiliza la estructura de la superficie de las moléculas para reconocer si se trata de una célula endógena o de una célula extraña al organismo. Por regla general, cada anticuerpo coincide solo con un antígeno específico.
Pero, ¿de dónde saca el sistema inmunológico específico esta capacidad para recordar patógenos? Gracias a las llamadas células de memoria. Cuando nuestro organismo entra en contacto con un patógeno, no solo forma anticuerpos que coinciden exactamente con él, sino que también almacena dicha información. En consecuencia, si vuelve a entrar en contacto con ese patógeno, se recupera la información de la “base de datos” del sistema de defensa específico del cuerpo. La primera vez que se tiene contacto con un agente patógeno desconocido, los síntomas de la enfermedad suelen ser pronunciados. Nuestro cuerpo necesita unos días para poner en marcha la correspondiente reacción de defensa. En el caso de las infecciones que se repiten, la reacción es diferente: o bien los síntomas no se presentan en absoluto o son mucho más débiles que la primera vez. Esto explica por qué hay ciertas enfermedades que se contraen solo una vez en la vida como, por ejemplo, el sarampión. Una vez que se han superado, se desarrolla inmunidad contra ellas.
En este sentido, también es fundamental que nuestro sistema de defensa posea la capacidad de distinguir las moléculas extrañas de las que no lo son. Esto se lleva a cabo mediante un proceso llamado “presentación de los antígenos”. En ocasiones, el sistema no consigue hacer esta distinción y destruye patógenos propios atacándose a sí mismo. Esto es lo que genera enfermedades autoinmunes como, por ejemplo, el lupus.
No todas las moléculas extrañas que entran en nuestro cuerpo son perjudiciales y no sería conveniente que nuestro organismo desarrollara respuestas inmunes adaptativas contra ellas. Las alergias son un ejemplo de lo que ocurre cuando nuestro organismo genera respuestas inmunitarias adaptativas perjudiciales contra moléculas extrañas que son inofensivas.
Respuesta inmune inespecífica y específica: ¿qué las diferencia?
Como ya hemos mencionado anteriormente, la respuesta inmune inespecífica o innata es la primera línea de defensa de nuestro organismo contra los agentes patógenos; la poseemos desde el nacimiento y dura toda la vida. El principal objetivo es evitar tan rápido como sea posible la propagación de patógenos extraños por todo el cuerpo, empleando para ello defensas físicas, químicas y celulares. Es decir, ponen en marcha los mecanismos generales de protección, ya que en la defensa específica no se conoce la identidad del patógeno.
Después de este primer intento del sistema de defensa, entra en juego la respuesta inmune específica. Esta segunda línea de defensa solo se encuentra en los vertebrados y es una respuesta específica para el patógeno que se presenta.
Característica | Inespecífica o innata | Específica o adquirirda |
Tiempo de respuesta | Respuesta inmediata (minutos/horas) | Puede tardar entre 4-7 días en ponerse en marcha |
Respuesta a infecciones repetidas | La resistencia no mejora ante sucesivos contactos con el patógeno | La resistencia mejora y la respuesta es más rápida |
Memoria inmunológica | No | Sí |
Principales tipos de células | – Macrófagos: glóbulos blancos que se encuentran en la sangre. Principales responsables de la respuesta inmunitaria innata. Tienen capacidad para inducir la respuesta inmunitaria adaptativa. – Neutrófilos: son también glóbulos blancos que se encuentran en la sangre; son los primeros en migrar al sitio de la inflamación. Predominan en el pus, por ejemplo. – Mastocitos: se encuentran en diversos tejidos, sobre todo bajo la piel. Contienen sustancias químicas como la histamina que liberan, por ejemplo, durante las reacciones alérgicas. – Otros tipos de células | Linfocitos T y B (más información en el apartado siguiente) |
Barreras químicas y físicas | Piel, epítelo mucoso, etc. | Sistema mucoso, inmunológico y cutáneo |
El papel de los linfocitos en el sistema inmune específico
Los linfocitos son fundamentales en el sistema inmune. Son células especializadas cuya función principal consiste en reconocer qué moléculas son extrañas al organismo y generar anticuerpos específicos para neutralizarlas. Se clasifican en dos tipos, ya que actúan de manera diferente, pero ambos trabajan en estrecha colaboración:
- Son un tipo de glóbulo blanco y son responsables de la defensa inmunológica celular.
- Se forman en la médula ósea a partir de células madre, al igual que los linfocitos B, pero con la diferencia de que migran al timo para madurar.
- En el timo aprenden a distinguir entre las células propias del cuerpo y las células extrañas. Son capaces de reconocer los antígenos y colaborar en la activación y dirección de otras células del sistema inmunitario para combatir la amenaza.
- Son los responsables de la inmunidad humoral. Es decir, están diseñados para producir anticuerpos capaces de identificar agentes extraños y destruirlos.
- Se mezclan en la sangre como proteínas solubles y se dirigen a un solo patógeno.
Fortalecer el sistema de defensa del cuerpo
Aún cuando los linfocitos T y B funcionen correctamente, puedes ayudar a tu cuerpo a combatir los patógenos con sencillos pasos como:
- Tratar de reducir el estrés gracias al yoga, el pilates o la meditación,
- Realizar actividades al aire libre y tomando vitamina D,
- Hacer ejercicio (al menos una vez a la semana),
- yendo a la sauna regularmente,
- durmiendo al menos siete horas al día,
- una flora intestinal fuerte también es importante, ya que es una parte crucial del sistema inmunológico. Si se debilita el sistema de defensa del cuerpo, éste ya no funcionará de manera óptima contra los patógenos.
Con el autotest INTEST.pro de BIOMES podrás saber si tu flora intestinal está en equilibrio o si necesita alguna «ayuda» para poder cumplir sus funciones de forma óptima y contribuir al sistema de defensa del cuerpo. Simplemente toma una muestra de heces en casa con el kit de prueba, envíala a BIOMES y deja que los científicos analicen la muestra. A continuación, recibirás la evaluación. En base a esto, los expertos de BIOMES elaborarán recomendaciones personalizadas para ti.
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- Fuentes:
- The Innate vs. Adaptive Immune Response – Healio
- CURSO DE INMUNOLOGÍA GENERAL: 2. Células del sistema inmune – Departamento de microbiología. Universidad de Granada
- The adaptative Immune System – Molecular Biology of the Cell- NBCI Bookshelf