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Construir la flora intestinal en niños: Así es como funciona
Nuestros intestinos no sólo se ocupan de nuestra digestión, sino que también tienen que hacer frente a las influencias ambientales y el estrés de cada día. Esto no es diferente con los niños: especialmente entre los dos y los ocho años, la flora intestinal está expuesta a un alto nivel de estrés. Aún no está completamente desarrollado, por lo que su composición cambia constantemente. Además, patógenos aún desconocidos atacan una y otra vez. Sin embargo, el desarrollo de la flora intestinal en los niños puede ser apoyado de manera específica.
Por qué una biota intestinal sana es tan importante en los niños
Los intestinos de los niños están llenos de actividad: incluso los niños más pequeños tienen miles de millones de bacterias en las membranas mucosas de los intestinos. Cada una de las diferentes cepas bacterianas cumple tareas muy específicas. Entre otras cosas, funcionan como:
The intestinal bacteria of children keep pathogens at bay. How? A large proportion of the immune cells in the human body are located in the intestinal mucosa. The good bacteria that grow there help the immune system to get rid of pathogens – for example, harmful bacteria such as diarrhoea pathogens or disease-causing fungi.
Even in children, some intestinal bacteria produce short-chain fatty acids that serve as energy suppliers for the cells of the colon. Approximately 40 percent of the energy requirement is covered by these fatty acids. At the same time, the fatty acids stimulate intestinal movements, which prevent constipation and flatulence
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Some types of intestinal bacteria even produce vitamins – bifidobacteria and Escherichia coli for example.
Lo que daña la biota intestinal en los niños
No sólo en los adultos sino también en los niños la flora intestinal puede desequilibrarse. Las posibles causas incluyen
Sus ingredientes activos destruyen no sólo las bacterias dañinas sino también las beneficiosas en el intestino del niño.
Demasiado azúcar, carbohidratos simples y grasas no saludables o muy poca fibra: una dieta desequilibrada también daña la flora intestinal.
Las infecciones pueden alterar el equilibrio entre los diferentes tipos de bacterias intestinales en los niños.
Cómo una biota intestinal perturbada se hace notar en los niños
Si la flora intestinal está desequilibrada, los desagradables efectos secundarios no suelen tardar en aparecer. Los niños afectados son los que sufren estos síntomas con más frecuencia:
- Enfermedades inflamatorias crónicas del intestino.
- Intolerancias alimentarias como la intolerancia a la lactosa
- alta susceptibilidad a la infección
- Impurezas en la piel
- Migraña
- Deficiencia de vitaminas
Construir la biota intestinal en los niños
Las comidas ricas en grasas, azúcares y muy altas en proteínas sólo deben incluirse en el menú en casos excepcionales, incluso para los niños. Sin embargo, los alimentos que contienen bacterias del ácido láctico, como el yogur, el kéfir y el chucrut, promueven el desarrollo de la flora intestinal en los niños. Las fibras alimentarias, como los copos de avena, los productos integrales, las semillas de lino, la fruta y la verdura, favorecen la digestión y también ayudan a fortalecer la flora intestinal en los niños. En los niños, los intestinos a veces reaccionan con mayor fuerza a los alimentos que son difíciles de digerir. Por lo tanto, es importante que el alimento sea fácilmente digerible.
El estrés tiene un efecto negativo en la flora intestinal. Para que se desarrolle una flora intestinal sana en los niños, necesitan tiempo suficiente para regenerarse. Una siesta o actividades tranquilas como la pintura y las manualidades tienen un efecto calmante. El ejercicio regular es igual de importante para reducir el estrés.
Para una digestión óptima, los niños deben beber mucha agua mineral, jugos y té de hierbas.
La cantidad de trabajo que tienen que hacer los intestinos determina, entre otras cosas, la forma en que comemos. Masticar bien facilita la digestión de los alimentos. Esto también puede mejorar la flora intestinal en los niños.