Nuestro intestino se compone de miles de especies de bacterias. Estas forman el microbioma, es decir, nuestra flora intestinal individual. A veces, sin embargo, es [...]
Antibióticos y flora intestinal: ¿cómo recuperar el microbioma después?
La prescripción de antibióticos es algo habitual para el tratamiento de algunos tipos de infecciones bacterianas. No obstante, según muchos estudios, pueden alterar significativamente la flora intestinal, puesto que en su lucha por combatir la infección también acaban con muchas de las bacterias intestinales beneficiosas para nuestro organismo. Así pues, después de tomar antibióticos, es importante ponerse manos a la obra para recuperar el equilibrio de nuestro microbiota.
Índice
Cómo los antibióticos dañan la flora intestinal
Sin duda los antibióticos han supuesto un gran avance para la historia de la medicina y son un elemento indispensable para acabar con algunas infecciones peligrosas. No obstante, hace un tiempo su prescripción y uso estaban muy extendidos, hasta el punto de que se llegaron a recetar en exceso para tratar patologías en las que no eran el tratamiento adecuado. La automedicación con antibióticos también jugó un papel fundamental, puesto que durante muchos años se podían comprar sin receta médica.
Además de las malas bacterias, también se llevan por delante algunas de las necesarias para el buen funcionamiento de nuestro sistema digestivo y producir, pues, lo que se conoce como disbiosis intestinal, es decir, un desequilibrio cuantitativo y/o cualitativo de la flora intestinal. Algunos de los síntomas de la disbiosis son:
- Gases
- Dolor abdominal
- Diarrea
- Estreñimiento
- Sensación de cansancio
Algunos estudios apuntan también a que existe cierta correlación entre antibióticos y obesidad, algunos trastornos digestivos y, además, generan una mayor propensión a las infecciones. Por tanto, se puede decir que el consumo de antibióticos nos ayuda a combatir graves enfermedades, pero es importante su prescripción racional y solo en los casos necesarios.
Recuperarse después de tomar antibióticos para un microbioma sano
Un intestino con una buena flora intestinal es capaz de defenderse de muchos agentes patógenos externos que entran en el intestino, desempeñando pues un papel fundamental para nuestro sistema inmunitario. Por ello, después de un tratamiento de antibióticos es muy recomendable tomar medidas para la recuperación del microbioma.
Algunas de las especies de bacterias que es importante recuperar en una flora intestinal dañada por antibióticos son:
Género de bacteria | Especies más destacadas |
Lactobacilos | L. acidophilus L. casei GG (LGG) L. plantarum L. reuterii |
Bifidobacterias | B. animalis B. infantis B. breve B. longum |
Tomar probióticos después de los antibióticos
Con la alimentación adecuada es posible fortalecer y reconstruir la flora intestinal. Las molestias estomacales o los problemas intestinales presentes después de tomar antibióticos pueden aliviarse, mejorándose, así, la sensación de bienestar general.
¿Qué probióticos tomar después de los antibióticos? En especial, hay que potenciar la toma de alimentos probióticos que contienen los ya mencionados lactobacilos (responsables del ácido láctico) o las bífidobacterias, como el yogur o el kefir. Además de esto, consumir suplementos alimenticios con probióticos puede ser muy útil, ya que, por medio de ellos, el intestino recibirá directamente valiosos cultivos bacterianos que favorecerán la formación de microbiota.
Por otra parte, son múltiples los estudios que mencionan un tipo de levadura denominada Saccharomyces boulardii como un medio especialmente útil para restaurar la flora intestinal. Así pues, ha resultado ser de gran ayuda contra la diarrea que pueden generar algunos antibióticos. Esta cepa no se encuentra de manera natural, y habrá que buscarla también en forma de suplemento.
Ten en cuenta que el microbioma tardará varios meses en recuperarse. Por lo tanto, es importante mantener en el tiempo una dieta equilibrada incorporando en nuestro menú diario, de manera habitual, alimentos prebióticos y probióticos.
- Fuentes:
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