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Intestino

El intestino humano: Un órgano muy especial

La longitud promedio del intestino de un adulto es de seis metros. Sin embargo, esto no es de ninguna manera lo más asombroso de este órgano. La estructura y los procesos intestinales son extremadamente complejos – y como sugieren los resultados de investigaciones recientes, el intestino es responsable de mucho más que la digestión de los alimentos. Parece que también tiene una influencia significativa en nuestra salud física y mental.

El intestino se encuentra entre el estómago y el recto y se puede dividir en tres partes:

  • intestino delgado
  • colon
  • recto

La interacción de estas partes ha recibido recientemente especial atención científica – el intestino es visto desde un punto de vista holístico. Los resultados de investigaciones recientes han revelado dos hallazgos fundamentales:

  • El intestino puede comunicarse directamente con el cerebro e intercambiar información.
  • La flora intestinal tiene una gran influencia en la salud del ser humano.

Cómo es que ambos trabajan exactamente, no ha sido investigado de manera concluyente. Sin embargo, cuanta más información se obtiene sobre el órgano, más claridad se tiene de lo mucho que hace el intestino.

Comunicación entre intestino y cerebro

El intestino humano es, además del cerebro, el único órgano con células nerviosas autónomas. Esto significa que no necesita ningún estímulo del cerebro para asumir sus múltiples tareas. La unión de las células nerviosas en el intestino se denomina sistema nervioso entérico (SNE). Ciertamente no es posible pensar con él, pero el SNE controla muchos procesos de manera independiente, como los movimientos intestinales. Las células nerviosas en el intestino son muy similares a las del cerebro, pueden producir los mismos neurotransmisores y por lo tanto pueden comunicarse con las células del cerebro.

Sin embargo, esta no es la única manera de intercambiar información entre los dos órganos. El intestino es también la glándula hormonal más grande del cuerpo y está intercalado con células enteroendocrinas (CEE). Estas células producen hormonas que pueden, por ejemplo, enviar una señal de hambre al cerebro.

Incluso se asume que la flora intestinal puede establecer contacto directo con el cerebro. La totalidad de bacterias, hongos de levadura y todos los demás microorganismos en el intestino se conoce como el microbioma. El cual puede producir sustancias biológicamente activas, incluyendo neurotransmisores. Éstas son precisamente las sustancias con las que se comunican las células nerviosas, por ejemplo, entre el cerebro y el intestino.

El intestino y su microbioma

El microbioma es único en cada ser humano, pero las bacterias intestinales y otros microorganismos siempre realizan una variedad de tareas. Estos incluyen, por ejemplo, la conversión de sustancias no digeribles en sustancias digeribles o el fortalecimiento del sistema inmunológico. Las investigaciones más recientes sugieren que la composición del microbioma también podría tener efectos muy concretos en enfermedades tan diversas como la depresión, la obesidad o la diabetes. Las bacterias, hongos y virus que viven en los intestinos de una persona pueden afectar su salud mental y física.

El intestino y su salud

La ciencia aún no ha investigado de manera concluyente cómo se comunica el intestino con el cerebro y aún no conoce todas las conexiones entre los procesos en el intestino y la salud de todo el organismo. Se considera cierto que la comunicación se lleva a cabo y que el intestino ejerce una influencia considerable en la salud general de los seres humanos. Quién se preocupa por su salud digestiva, hace también algo por el bienestar del cuerpo y del alma.

Pero, ¿cuáles son las posibilidades de apoyar la salud intestinal? Una dieta equilibrada con muchas frutas y verduras es un buen comienzo. Especialmente los llamados alimentos probióticos parecen tener un efecto positivo sobre las bacterias especialmente útiles en los intestinos. Estos alimentos son, por ejemplo, el chucrut, el yogur o el kéfir.

También hay suplementos dietéticos que pueden ayudar a la flora intestinal. Pero antes de que hagas algo por una rehabilitación de tus intestinos , deberías conocer muy bien a tu microbioma personal. El autotest de la flora intestinal de BIOMES es ideal para ello.

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