Aunque es relativamente fácil examinar el estado de salud de órganos como los riñones, el corazón, los pulmones o el hígado, es relativamente difícil comprobar la funcionalidad del sistema inmunológico. Esto se debe principalmente a que el sistema inmunológico no es un solo órgano. Más bien
varios órganos y sistemas funcionales del cuerpo están involucrados en la
estructura del sistema inmunológico, que se complementan entre sí y juntos aseguran que el organismo pueda combatir eficazmente las bacterias, virus, hongos y parásitos.
El centro de control del sistema inmunológico es sin duda el intestino. Aquí es donde tienen lugar los procesos centrales que determinan cuán bien tu cuerpo puede resistir a los patógenos. Pero el bazo, el sistema linfático, el timo y la médula ósea son también pilares de apoyo del sistema inmunológico. Examinar individualmente el
rendimiento inmunológico de todos los sistemas implicados sería muy laborioso. Después de todo, es precisamente la buena interacción de todos los componentes lo que es decisivo para una defensa fuerte. No obstante, se pueden utilizar varias pruebas para comprobar si el sistema inmunológico no está funcionando tan eficazmente como se desea.