¿Tienes poco tiempo para practicar deportes en la vida diaria o las limitaciones físicas te impiden hacerlo? Eso no tiene [...]
La obesidad (conocida médicamente como adiposis) es una enfermedad metabólica muy extendida en las sociedades modernas. La mayor presencia en nuestra dieta de azúcares añadidos y de grasas saturadas e hidrogenadas ha hecho que el porcentaje de personas que sufren esta patología haya aumentado mucho en los últimos años, siendo especialmente preocupante en niños y jóvenes.
Índice
El índice de masa corporal y los grados de obesidad
¿Qué se entiende por sobrepeso y obesidad? La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define como “una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud”. Para definir cuándo se ha alcanzado el umbral de la obesidad se basa en el índice de masa corporal (IMC), que relaciona peso y altura.
A partir de ahí, distingue diversos grados de sobrepeso y obesidad dependiendo de su severidad. El objetivo de esta clasificación es, principalmente, evaluar el riesgo de posibles enfermedades secundarias.
Sobrepeso, el primer paso hacia la obesidad
Si el índice de masa corporal (IMC) de una persona está entre 25 y 29,9, se puede decir que ha alcanzado un nivel de preobesidad. En este estadio el riesgo de enfermedades secundarias es todavía limitado, pero vale la pena echar un vistazo a algunos indicadores que pueden darnos pistas de posibles riesgos para la salud.
Por ejemplo, el tamaño de nuestra cintura nos indicará si tenemos obesidad abdominal, que no es otra cosa que la grasa acumulada en el abdomen. Hay que tener en cuenta que esta supone un mayor riesgo de enfermedad cardiovascular. Una manera fácil de saberlo es midiendo el perímetro abdominal. O, dicho de otra manera, midiéndonos la cintura. Si la circunferencia de la cintura es de más de 88 centímetros en las mujeres y de más de 102 centímetros en los hombres, se puede estar sufriendo obesidad abdominal.
Obesidad grado 1
Los expertos hablan de obesidad tipo 1 (obesidad leve) cuando el IMC está entre 30 y 34. Aquí el riesgo de enfermedades secundarias ya ha aumentado ligeramente. En este primer grado de obesidad, las patologías más probables son
- Hipertensión
- Diabetes mellitus tipo 2
- Ataque cardíaco
- Accidente cerebrovascular
Obesidad grado 2
Si el IMC de una persona está entre 35 y 39,9, se habla de obesidad tipo 2 (obesidad moderada). La obesidad ya está muy avanzada, dificultando, incluso, algunos movimientos. En este nivel, el riesgo de enfermedades secundarias aumenta y hay, por ejemplo, más probabilidades de un ataque al corazón o de un derrame cerebral.
En este estadio hay que ser prudente con las dietas que se inician para perder peso; lo recomendable es seguir una dieta bajo supervisión médica. Así pues, algunas dietas radicales muy populares por Internet pueden ser muy peligrosas para la salud. Además, estas a la larga suelen desencadenar el temido efecto rebote (también conocido como efecto yoyó), con en el que todo el peso perdido se vuelve a ganar rápidamente. Esto se debe a que estas dietas raramente son permanentes. En este sentido, es importante que la dieta suponga un cambio de hábitos y derive hacia una alimentación sana y equilibrada y un estilo de vida más saludable.
Obesidad grado 3
Si el IMC supera el 40, estamos ante un caso de obesidad tipo 3 mórbida. A este nivel la probabilidad de sufrir una enfermedad secundaria derivada es muy alta.
En la mayoría de los casos, este tipo de obesidad se acompaña de otros síntomas como la dificultad para respirar, la sudoración incontrolada y el dolor articular intenso. Todo esto además de los efectos psicológicos que puede generar, tales como la inseguridad, la depresión y la ansiedad. Hay que tener en cuenta que, si el cuerpo está expuesto a esta carga extrema durante un período largo de tiempo, la obesidad de tipo 3 puede incluso cronificarse.
En estos casos, además de una dieta diseñada y monitorizada por personal especializado, seguramente será necesario asistir a terapia. Esto implica un proceso en el que la persona se replantee y repiense sus hábitos alimenticios, los cuestione y los cambie para mejor. Ocasionalmente los médicos también pueden aconsejar medidas quirúrgicas para tratar la obesidad.
Éxito en la lucha contra la obesidad
Cuanto mayor sea el grado de obesidad, más persistente será el exceso de peso. Además, las consecuencias que este conlleva, como la hipertensión arterial, el hígado graso o la arteriosclerosis no se pueden revertir fácilmente. Esto hace que sea aún más importante declararle la guerra, cuanto antes, a los kilos extra. Para ello, hay algunas medidas que resultan indispensables para alcanzar una mejor calidad de vida:
Comer conscientemente
Una alimentación saludable sigue siendo la mejor manera de controlar la obesidad. Para ello, las vitaminas, las fibras y los ácidos grasos insaturados serán grandes aliados. Los alimentos que contienen azúcares añadidos o ácidos grasos saturados deben consumirse solo con moderación o eliminarse de la dieta completamente.
Ejercicio, ejercicio y más ejercicio.
El sedentarismo es uno de los principales enemigos a combatir. Y es que más allá de las horas que pasamos sentados cuando realizamos algunos trabajos, según datos del Instituto Nacional de Estadística en 2017 un 37,8% de las personas mayores de 15 años se declaraba sedentaria en su tiempo libre. Deberíamos realizar algún tipo de actividad física al menos una hora al día. Se puede subir escaleras, dar un paseo o hacer deporte frente al televisor, lo importante es integrar más actividad en la vida diaria.
Aprender desde pequeños
Acostumbrarse a llevar una dieta saludable es una cuestión de educación. Y cuanto antes se empiece, mejor. Así pues, los niños y niñas necesitan modelos a seguir que les enseñen a comer conscientemente y de manera equilibrada no solo en casa, sino también en guarderías, escuelas y centros de ocio.
- Fuentes:
- Engin A. (2017) The Definition and Prevalence of Obesity and Metabolic Syndrome, vol 960. Springer, Cham. doi: 10.1007/978-3-319-48382-5_1
- WHO. (2000) Obesity: preventing and managing the global epidemic. WHO Technical Report Series 894.
- Fundación Española del Corazón. Obesidad abdominal
- Wirth, A & Hauner H. (2013) Adipositas. Springer. 4. Auflage