Technología La biotecnología más avanzada al servicio de las personas

El recipiente de la muestra contiene una solución que conserva el ADN de las bacterias intestinales durante un plazo de dos años y es estable entre -20 ° Celsius y +40 ° Celsius. BIOMES trabaja con métodos muy específicos y sensibles. Por ello, pueden identificarse prácticamente todas las bacterias intestinales conocidas de una persona con tan solo una muestra de heces. Hasta la cantidad más ínfima de heces contiene ADN, por lo que basta con una pequeña muestra para visualizar el genoma completo de las bacterias intestinales presentes en ella.

Una flora intestinal sana contiene un amplio abanico de bacterias importantes para la vida. El ADN de las bacterias incluye información sobre el tipo, la composición y la función de cada uno de los organismos. La serie secuencial de los ácidos nucleicos de la cadena de ADN codifica la información genética de los componentes de una bacteria. Para poder acceder a esa información, primero debe aislarse el ADN (extracción). BIOMES solo analiza el ADN de los microbios contenidos en la muestra, ¡no el ADN humano!

Se analiza un gen específico de los microorganismos, el denominado 16S rADN. Todas las bacterias poseen este gen, ya que todo organismo dispone de una secuencia base propia.

Para el análisis, se reproducen las áreas relevantes del ADN bacteriano aislado (secuenciación). A continuación, el ADN de cada muestra se prepara para la Secuenciación de Próxima Generación. Para poder identificar la muestra posteriormente, se adjunta un código de barras sintético.

La Secuenciación de Próxima Generación es una técnica que sirve para determinar la secuencia del ácido nucleico y, por tanto, es la base para identificar las bacterias contenidas en la muestra.

En términos sencillos, el ADN biológico de las bacterias intestinales se convierte en ADN digital por medio de la Secuenciación de Próxima Generación. La información biológica de las bacterias que está codificada en su ADN ahora puede leerse digitalmente por medio de un ordenador.

Para comprobar la calidad de los datos, utilizamos un pipeline de software desarrollado por nosotros mismos. Al final de ese pipeline hay datos que contienen información acerca de todas las bacterias halladas en cada muestra.

Para poder crear un perfil individualizado de las bacterias, estos datos deben compararse con todos los genomas bacterianos conocidos. Este proceso se denomina «mapeo». Las secuencias de ADN halladas en la muestra se cotejan con una base de datos que contiene todos los genes bacterianos conocidos hasta la fecha.

En última instancia surge un perfil único del microbioma en el que no solo se identifican todas las bacterias contenidas en la muestra, sino que también se cuantifican. Porque no solo resulta decisivo saber qué bacterias tiene una persona, sino también su número y distribución.

Pero no solo es importante saber qué bacterias viven en el intestino de una persona y cuántas. También hay que entender qué funciones desempeñan dichas bacterias. Esa es la única forma de interpretar el perfil individual de un microbioma.

Para ello, los científicos y científicas de BIOMES han creado una base de metadatos durante varios años de investigación, que aúna los resultados de más de 7900 estudios de microbiomas de todo el mundo. La selección de estos estudios se basa en rigurosos criterios de evaluación. La investigación del microbioma es un campo reciente. BIOMES solo se pronuncia acerca de aquellas áreas de la flora intestinal que ya han sido investigadas en profundidad.

En el mundo de la medicina, los valores de referencia son los que determinan un valor generalizado que indica lo que se considera salud o enfermedad. Sin embargo, cada persona tiene condiciones distintas y, por tanto, se le deben aplicar distintos valores. En otras palabras: lo que se considera sano para una mujer de 80 años que ha comido «de todo» durante toda su vida, carne incluida, no tiene por qué ser sano para una mujer vegana de 18 años.

Por ello, BIOMES también interpreta los datos cotejándolos con la BIOMES-Community. Con esta finalidad, se crean subgrupos que se corresponden con cada persona, para poder determinar con exactitud las diferencias entre perfiles de microbioma.

El resultado es un informe detallado, pero de comprensión sencilla, en el que las bacterias se agrupan en distintas áreas temáticas con arreglo a su función. Además, por cada deficiencia identificada se ofrecen recomendaciones de nutrición y estilo de vida. Todas las interpretaciones se fundamentan en la base de datos científicos de BIOMES, por lo que se basan al 100 % en evidencias. La bibliografía científica al respecto se enlaza de forma transparente.